lunes, 26 de enero de 2015

Andaluces, resignaos, pedid firmeza y estabilidad

Titular de El Mundo del día 21 de octubre de 2014, advirtiendo de la amenaza comunista

Quizás sea porque la ciudadanía vive obnubilada por unos medios informativos que han logrado que los detalles escabrosos de la corrupción se hayan convertido en el morbo de nuestros días, comprobamos en cada suceso de la actualidad que muy pocas veces la atención se centra en lo importante, de tal modo que en los debates a cualquier nivel se acaba dialogando por lo superficial y no por lo que verdaderamente nos afecta.

El acuerdo que permitió el cogobierno de PSOE e Izquierda Unida en Andalucía (y que impedía al PP entrar en la comunidad andaluza por primera vez) tuvo desde su inicio críticas desde todas las posiciones políticas. Desde la derecha, que consideraba el pacto como un asalto a la mayoría lograda en las elecciones. Desde los mismos “socios”, que nunca estuvieron cómodos y pasaron por momentos de vértigo (recuerden la Corrala Utopía) para acabar tres años más tarde descubriendo espantados que el pacto a punto de terminarse era “inestable”. Hasta le llegaron feroces críticas desde sectores de la propia izquierda, quienes llegaron a presagiar en el acuerdo un siniestro alineamiento de IU con los recortes de la Troika y con Merkel en persona.
También hubo posiciones que, incluso siendo favorables a las actuaciones de IU en el parlamento andaluz, criticaron el cogobierno porque consideraban que perjudicaba a la imagen del partido, pues le igualaba en el imaginario popular a los ahora conocidos como partidos del régimen.

Desde aquí no valoraremos las distintas posiciones realizadas desde los demás partidos, ni valoraremos si este periodo perjudicó la imagen de IU-A, porque nos confesamos faltos de los necesarios conocimientos de marketing, propaganda y telegenia para ello, y porque, como hemos dicho al inicio, en ocasiones puede ocurrir que la atención se centre en aspectos secundarios y se soslayan otros aspectos que también consideramos importantes. Ya fuese promovido por la Troika, con tendencia a la inestabilidad o dañino para la imagen, queremos preguntarnos ¿qué efecto hubiera tenido en los andaluces el proyecto que proponía Izquierda Unida?

Y nos interesa hacer un breve análisis de este proyecto por dos motivos:
1-  para que los andaluces reconozcan las ideas que lanzó IU-A cuando las vean reflejadas (o directamente fotocopiadas) en programas de otros y nos las quieran vender como nuevas.
2-     para que los andaluces, en el peor caso, no pierdan la memoria de este proyecto si no vuelve a verse, en Andalucía o en cualquier otra tierra, un conjunto de medidas sociales tan ambicioso como el que propuso IU, ni siquiera (como nos tememos) en los programas de los que parecen llevados en volandas a gobernarnos en el futuro inmediato.

La ley “antidesahucios”.

Por primera vez en la Historia veíamos los españoles, negro sobre blanco y en un boletín oficial, una ley que se preocupaba por los intereses de las personas y no por los intereses de los bancos propietarios de viviendas.
Una ley (Ley sobre la Función Social de la Vivienda) que frenaba el horror de los desahucios y que sancionaba a las entidades que acaparasen viviendas vacías con objeto de especular con ellas.
Esta ley no venía a hacer otra cosa que refrendar el concepto de la vivienda como derecho y no como mercancía. Suponemos que esta ley pionera es una de las zozobras principales de esa supuesta inestabilidad que acabó con el pacto. No nos extraña porque dado el revuelo que causó en su origen (no olvidemos las acusaciones a la consejera Elena Cortés y que el PP no dudó en frenarla en interminables procesos burocráticos) sin duda debía suponer un auténtico torpedo en la línea de flotación de lo que resta de nuestra economía del ladrillo y que tantos beneficios produjo a los bancos.



La Banca Pública.

El otro gran tembleque que amenazaba con hacer rodar la estabilidad andaluza era sin duda el proyecto de la Banca Pública. Nacida como ente de crédito, se proyectaba como empresa pública de la Junta con capacidad de poseer ficha bancaria y de gestionar fondos y ofrecer préstamos.
Como sabemos muy bien por desgracia para nosotros, la banca privada –al igual que cualquier empresa privada- tiene como objetivo primordial repartir  beneficios entre sus propietarios y accionistas, sea como sea e incluso aceptando un riesgo. Pues bien, esta ley propuesta por IU tenía el propósito de desestabilizar nuestra economía procurando el beneficio de pequeños y medianos empresarios. Para algunos esto suponía dejarnos al borde del abismo.


Ley de Transparencia

Una de las dos leyes que IU logró sacar adelante, llevaba a extremos más exigentes de lo legislado hasta ahora en España la necesaria regeneración democrática de administraciones, ayuntamientos, agencias, universidades, partidos, sindicatos e incluso a la Iglesia católica.
En este caso no hubo tantas trabas por parte del PSOE, dado que su tradición de escándalos en nuestra comunidad les invitaba a ello. Se trataba con esta ley de dar la mayor claridad posible al uso de las cuentas públicas, así como perseguir con dureza a los cargos que hiciesen mal uso de los fondos, con sanciones, despido e inhabilitación para ocupar cargos similares.

Ley Integral de Agricultura

Siendo la agricultura un sector estratégico, consideró IU-Andalucía que era fundamental detener la tendencia que llevaba a que la tierra continuara concentrándose cada vez en menos manos y que además esas tierras permaneciesen improductivas retenidas por bancos y entidades especuladoras, con riesgo de convertirse en una burbuja similar a la de la vivienda.
Era necesario favorecer el desarrollo rural, frenar el abandono de los jóvenes en los campos y procurar que, como recomienda la FAO, un país sea capaz de producir el 50% de los alimentos que consume.




Ley de Memoria Democrática

Cabe plantearse si es ésta otra de las leyes que provocó el roce entre los socios, puesto que era inevitable realizar odiosas comparaciones con lo legislado por el PSOE en esta materia bajo el mandato de Zapatero.
La ley andaluza superaba a la estatal sobre Memoria Histórica en amplios aspectos: garantizaba el derecho de las víctimas de violaciones de los derechos humanos durante el franquismo y los equiparaba a los tratados internacionales, incluía los derechos de verdad, justicia y reparación, consideraba como víctimas también a los maquis, a los niños robados y a las víctimas no sólo de la dictadura sino de la transición, proponía añadir esta memoria en los proyectos educativos de secundaria y bachillerato, anulaba  sentencias como la de Blas Infante y obligaba a la retirada de la variada simbología fascista de nuestras calles y monumentos.

Renta Básica

Una de las pretensiones de IU desde 2009 a nivel nacional y que venía a querer cubrir las necesidades básicas de los andaluces de manera gradual comenzando por los que no tuviesen cobertura por desempleo ni dispongan de otros ingresos, y posteriormente las personas cuyas rentas sean inferiores a la cuantía de la renta básica.

Decreto-ley de mínimo vital de agua y energía

Para combatir la llamada “pobreza energética”, IU consideró fundamental el acceso a los mínimos de luz y agua para las personas condenadas a su carencia por la crisis. En unos momentos en los que se dedican miles de millones a la banca, resultaba indigno que las administraciones públicas actuasen con neutralidad ante esos casos.


Otras normativas

El pacto incluía en total 28 leyes y más de 200 medidas, entre las que cabe destacar:
-          Ley de participación ciudadana
-          Ley de Transexualidad
-          Ley contra el fraude fiscal y social
-          Ley sobre los derechos de las personas con discapacidad
-          Ley de reconocimiento y promoción profesional del profesorado
-          Ley de movilidad sostenible
-          Ley de sostenibilidad sanitaria
-          Ley de espacios protegidos
-          Desarrollo de la Ley de igualdad y contra la violencia de género

Este es en grandes trazos el proyecto que se hubiera desarrollado en Andalucía de haberse cumplido el pacto firmado en su momento.
Cabe señalar que Izquierda Unida obtuvo sólo 12 diputados de los 109 que posee el Parlamento Andaluz y que se enfrentó a los inconvenientes de depender económicamente de unos presupuestos estatales manejados por un PP despechado por habérsele arrebatado el goloso pastel del sur.
Desconocemos si volveremos a tener la oportunidad de ver un conjunto de proyectos tan ilusionantes en la realidad de un parlamento. Nosotros pondremos nuestro grano de arena para colaborar a que se presente a las ya inminentes elecciones andaluzas un proyecto aún mejor.

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