lunes, 11 de marzo de 2019

Pacientes andaluces, andaluces pacientes.

Mucha gente suele creer que la política que se hace en los pueblos es diferente de la que se hace en la capital.

Nos dicen que no tiene nada que ver lo que se haga en el Parlamento Andaluz o en el Congreso, que una cosa es la "alta política" y otra la política "de andar por casa", que aquí nos vale con las rotondas, unas reformas y unos cuantos contratos de limpieza, ya sea empujando para adelante Mairena o apoyando con el corazón.

Pues esto es una gran falsedad. La política afecta a todos los aspectos de nuestra vida, queramos o no. Y esta política se inicia desde abajo, desde los pueblos o desde los barrios en las grandes ciudades. Les conviene que los trabajadores pensemos de esta manera para que sigamos sin participar y así lo hacen y deshacen ellos todo.

Un ejemplo. Nuestro flamante ex alcalde y ahora delegado del Gobierno en la Junta, don Ricardo Sánchez, se estrena en su nueva función fuera de Mairena con uno de esos titulares que encantan a los lectores de ABC: la Junta de Susana Díaz ocultaba más de 800.000 andaluces en las listas de espera en el SAS.


Según Sánchez, la Junta había escamoteado a las estadísticas sanitarias miles de pacientes de manera que la lista de espera se triplica y también es del triple el tiempo de espera para ser atendido por un especialista.

El PSOE responde que es una "interpretación sensacionalista" de los datos para crear alarma y dar bombo al nuevo gobierno andaluz del triunvirato de ultraderecha. Añade el PSOE que de este modo se pretende encontrar excusas para ceder parte de la sanidad pública a intereses privados (centros de salud concertados).

¿Cuál es la verdad de este asunto? Muy sencillo. La interpretación de los datos estadísticos del SAS es poco relevante para los interesados, los pacientes andaluces, cuando tanto el triunvirato de ultraderecha que ahora nos gobierna (PP-Ciudadanos-VOX) como el anterior gobierno de derecha moderada (PSOE) son cómplices en la degradación de los servicios públicos.

Observen cuál es la solución que don Ricardo, antes entregado a Mairena y ahora dedicado en Sevilla a aflorar pacientes ocultos, propone para solucionar el asunto: derivar esos pacientes a los negocios privados. Y ante el escándalo de los "socialistas", el popular contesta: ¡pero si ustedes han hecho lo mismo!


En resumen: los usuarios de la sanidad somos la pelota que los partidos mayoritarios se van pasando. Cuando unos gobiernan le echan la pelota al tejado del otro. Y los peloteros encargados del juego van entrenándose en los municipios para dar el salto a las grandes ligas superiores, como pago a los servicios prestados. Y mientras tanto, las empresas privadas frotándose las manos.

Moraleja: si los trabajadores no participamos en la política "desde abajo", en los pueblos, los políticos profesionales nos usarán como arma arrojadiza para disimular el expolio de nuestros derechos y seguiremos eternamente en la lista de espera del desarrollo.  

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